domingo, 14 de junio de 2015

La Revolución Nacional-Sindicalista y los Trabajadores



Camaradas: 

Séame lícito, ante  todo, formular  una aclaración. Cuando me dirijo con la palabra abierta  y fraterna de camaradas a todos los que ahora me escucháis desde esos asientos o a través del micrófono,  no lo hago  pensando solamente en aquellos que son mis camaradas en virtud de su condición  de nacional-sindicalistas, camisas viejas o nuevas, sino especialmente pen sando en aquellos que son mis camaradas en virtud de su condición, simplemente,  de trabajadores. A todos, sin distinción alguna. A los que sienten con nuestra causa y a los que permanecen al margen de ella. A los que España ha ganado para su servicio, y a los que todavía no han sen tido la voz imperiosa de la patria en su conciencia. Pronunciaré hoy aquí palabras de guerra y palabras de paz.  Brindo a los camaradas de Falange  las palabras de guerra, porque ellas pueden servir de estímulo en la lucha. Brindo  a los enemigos las palabras de paz porque ellas pueden ser acaso una invitación a la concordia. Nosotros, la Falange, hemos trazado ante  la patria una ruta  revolucionaria de inusitada grandeza, hemos interpretado el destino de España como un largo  y glorioso camino,  ambicioso de leja nías y horizontes. Necesitamos para recorrerlo la compañía de todos los españoles, fundidos en unidad inquebrantable. Por eso Falange  no excluye a nadie de su llamamiento. Aspiramos a la conversión del enemigo,  y en nombre  de España ansiamos que el enemigo de hoy,  ganado para nuestra causa, sea el camarada de mañana.

Estamos haciendo la más profunda revolución que Europa haya presenciado jamás. Una revolución por España y para España. La  grandeza y la libertad de España son las metas últimas que esperamos alcanzar sobre ruedas de sacrificio y heroísmo. Es pues, un movimiento  que tiende a la salvación de una patria, no a la mejora material de una clase,  una región, una casta o un grupo.  La  Falange  no es un partido de demagogos. No  es ni siquiera, en realidad, un partido Es eso: una Falange  movilizada. Su propio nombre  esconde su única definición posible.  Por eso,  porque no somos hombres de partido ni heraldos de demagogia, no podemos decir a los trabajadores que haremos para ellos la revolución. No. No  hacemos la revolución para ningún sector  de la patria, por numeroso  que sea. La hacemos por la patria entera, superior  a todos los sectores que la integran  y síntesis de ellos. Pero  junto a esta  honrada verdad proclamamos la verdad complementaria. Tampoco hacemos la revolución para las otras clases, para las que han regido desde hace doscientos años los tristes destinos españoles. Venimos precisamente  a negar que existan  clases, a negar su antagonismo y a poner fuera de la ley la lucha de clases en beneficio de los traficantes de la burguesía y de los traficantes del proletariado. Con tamos, para ello, en primer término,  con los trabajadores de España, sus tento de la economía, base de la producción y la prosperidad.  El  solo nombre  de “falange” alude a masa, cantidad, muchedumbre encuadrada en forma para la acción. Por esto  la Falange  cuenta  ante  todo con los trabajadores, y jamás organización alguna de cuantas han actuado en la política española soñaron producirse  ante  las masas populares con la leal tad y la honradez revolucionarla que nosotros, la vanguardia nacional-sindicalista  de la revolución española.

[...] Finalmente,  quiero hacer una referencia a las tres etapas  de nuestra empresa. Ella, nuestra empresa, nuestra obra, tiene tres momentos históricos que es preciso exponeros con tajante claridad. Son éstos: la guerra, la revolución, el imperio.  Ya  os he hablado extensamente de la guerra y su significado. Algo  hay que añadir, sin embargo. Algo  que vale la pena que sepáis, precisamente  los trabajadores.

Se ha interpretado frívolamente  la guerra española, diciendo que es la ofensiva contra el marxismo y la revolución. Tampoco agota el sentido de nuestra guerra, afirmar  que se  trata mediante  ella de salvar  la civilización occidental. 

No hacemos la guerra contra el marxismo. No  termina ahí el sentido de nuestra guerra. El  marxismo ha sido el enemigo que España ha encontrado en su resurgimiento  nacional y que en esta  guerra quedará definitivamente aniquilado. La  civilización occidental se  beneficia en nuestra  lucha, y España se  ha convertido en barrera infranqueable para la revolución marxista  que la amenazaba en sus cimientos. 

Pero estos objetivos que nuestra guerra cumple incidentalmente,  no son las direcciones entrañables y profundas de la lucha española. Nuestra contienda tiene un sentido  histórico más hondo,  más universal. Luchamos por nuestra revolución nacional-sindicalista, no para aniquilar a tal o cual enemigo,  ni para salvar  tal o cual cultura en decadencia. El  exterminio del enemigo y la salvación de Europa son en todo  caso  jornadas del camino,  no el camino mismo.  Las metas lejanas y reales están en el ser de España, en la propia intimidad de la patria. Luchamos por nuestra revolución, en primer lugar,  y en segundo lugar por brindar al mundo los postulados y el sentido moral y creador del nacionalsindicalismo.

Esa es la razón profunda de la guerra. Ahí radica su íntimo sentido. La  post-guerra, ultimará la revolución, conservando el nacional-sindicalismo en las instituciones sociales y políticas de España. 

Y después, realizada la revolución subsiguiente  a la victoria, abrire mos en el porvenir de la patria las rutas finales y gloriosas del Imperio. 

[...] Nosotros cantábamos un himno,  camaradas, en los tiempos revueltos y duros de 1933... No era el himno de alto  lirismo y entusiasmo ardoroso  que habla de los luceros y el amanecer. Pero  era también, un himno de enorme emo ción y poderoso acenso. Por primera  vez, a través de ese himno,  el viejo himno jonsista  de 1933, las juventudes de España entregaron estrofas imperiales a los aires libres de la patria. Un  leal camisa  vieja jonsis ta, el camarada Juan  Aparicio, la había compuesto  para España y sus jóvenes mejores. Decía así en su estrofa final: 

             Sobre el mundo cobarde y avaro, 
sin belleza justicia ni Dios,
          impongamos nosotros la garra, 
del imperio solar español...

Y en esos versos se  encerraba líricamente  todo el ser de la revolución nacional española. Para el mundo hacíamos la revolución. Para rescatarlo de su avaricia y su cobardía, es decir del materialismo agotador y estrecho de nuestro tiempo, hacíamos la revolución para renovar la historia del mundo,  para dar a Europa una nueva belleza, la sobria belleza de nuestro estilo,  y una nueva justicia, la justicia ejemplar  y revolucionaria de nuestro sindicalismo nacional,  y también para recordarle un Dios a la vez nuevo y antiguo, el Dios eterno de nuestros padres, el Dios de Juan  de la Cruz y de Miguel de Unamuno. 

Y todo esto, con brío legendario,  con furia hispánica,  lo brindábamos a Europa entonces y lo ofrecemos de nuevo a Europa en nuestro futuro  imperial, poniendo en la empresa un duro  amor  implacable. Haremos de ello misión y destino de España, a la vez proponiéndolo e imponiéndolo,  elevando fraterna y duramente en el porvenir del mundo, la garra de nuestro imperio solar,  o lo que es lo mismo,  fundando de nuevo en la tierra el solar de nuestro imperio. 

[...] La  Falange, que no ha prescindido jamás de los trabajadores, necesita  hoy de su concurso  para la triple tarea de los españoles: ganar la guerra, lograr la revolución y crear el Imperio. 

Y es por esto, por lo que me dirijo a un público obrero  en su mayoría, por lo que quiero cerrar mis palabras de hoy repitiendo una vez más ante  vosotros la consigna  de la movilización de todos los españoles, la vieja consigna de 1933, creada por el camarada Ramiro Ledesma, refrendada por el camarada José  Antonio Primo de Rivera, ausentes ambos, y presentes los dos en nuestro afán; impuesta  luego  para siempre por la espada victoriosamente  española de Franco(1): por la Patria, el Pan y la Justicia. 

                                                      ¡Arriba España! 

Discurso pronunciado por Santiago Montero Díaz en 1938

Extraído por SDUI de: Las JONS Revolucionarias 

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(1): Apoyó la primera época del Franquismo hasta que se dio cuenta de que bajo el Franquismo no se conseguiría la revolución Nacional-Sindicalista. En la segunda época se opuso al régimen. [Nota de la redacción de 'Soldados de Una Idea']

viernes, 12 de junio de 2015

¿Qué es la propiedad para el Nacional-Sindicalismo?



La propiedad privada es uno de los pilares básicos de nuestro sistema. Antes de entrar en el concepto en sí, se necesita aclarar que propiedad privada es lo contrario que el capitalismo en cualquiera de sus versiones, que dirige la economía de las naciones al poseer el dominio los medios de producción. En este caso como en otros que iremos viendo, lo esencial estriba en situar lo esencial de nuestro pensamiento en la época actual.

La riqueza y las actividades económicas tienen como primer destino mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. Todo intento de utilizarlas en un principio a favor de intereses mezquinos o parciales deberá ser atacado sin contemplaciones. La economía debe contribuir a la dignificación de las personas y no ser instrumento de degradación y envilecimiento. El disfrute y desarrollo armónico de la riqueza nacional, exigen la difusión equitativa y racional de los recursos, compensando las deficiencias que las distintas regiones pueden tener en determinados sectores.

Hay que conferir a la persona humana, en virtud de su dignidad y de su trabajo la primacía en el sistema económico. Por supuesto que el hombre es el eje del sistema. El hombre racional alejado de las concepciones marxistas y liberales sobre el mismo. La propiedad privada debe ser en esencia la proyección y poder directos del hombre sobre las cosas, fundados en su trabajo y en el cumplimiento o satisfacción de una función personal y legítima. Esa sería la propiedad individual totalmente lícita. El hombre debe percibir sus retribuciones en relación directa a sus actitudes y aptitudes con el trabajo que desarrolla.

Por lo general, en el supuesto de que varios individuos proyecten conjuntamente sus personalidades sobre una cosa, utilizándola de modo regular para su común servicio o provecho, la propiedad privada debe corresponderles mancomunadamente a todos ellos. Tal es el caso de la familia, respecto a la vivienda y a los bienes domésticos y de los trabajadores de una misma empresa, respecto a los medios de producción. Manteniendo el criterio de la importancia o capacidad de su aportación.
La propiedad privada es un atributo elemental humano, garantía de la libertad personal y medio para satisfacer las necesidades y aspiraciones particulares de una vida digna en armonía con la comunidad.

El capitalismo es contrario a la propiedad privada, a la que ataca en su esencia. El capitalismo liberal, motivado por el individualismo egoísta, niega de hecho la propiedad a la mayoría en provecho de unos pocos; el capitalismo estatal fundado en la anulación de la personalidad, niega la propiedad a todos.

El dominio sobre las cosas sólo se justifica por la legitimidad de la función o destino en que se emplean. Las formas de propiedad de los bienes deben ajustarse a las funciones a que estén dedicados preferentemente.

Los bienes de uso y consumo particular habrán de ser propiedad de quienes debidamente los adquieran y utilicen; los bienes de producción de quienes los trabajan; los bienes de uso público de la comunidad popular a que estén destinados; las invenciones científicas y técnicas y las creaciones artísticas, deben ser propiedad de sus autores, y su utilidad y disfrute compartidos con ellos, por quienes los hagan fructificar y por la comunidad que ha de beneficiarse de las mismas.

Como formas de propiedad enunciamos: la individual, la familiar, la sindical (de comunidades laborales, cooperativas y entidades sindicales), la comunal (de entidades territoriales), y la nacional (de todo el pueblo español). La propiedad debe tener los límites y servidumbres requeridos por el bien común, la utilidad social y la necesidad del prójimo.El trabajo es el supremo título, tanto para la adquisición de la propiedad privada, como para la participación en las ventajas y responsabilidades de la actividad económica y el bienestar material.

No es tolerable, que el trabajo humano –manual o intelectual–, sea objeto negociable, como una mercancía, sometido a las puras reglas de la contratación comercial, en el que el mas fuerte gana; ni que la dignidad del hombre se ponga en juego en las maniobras económicas. Bajo ningún pretexto de progreso técnico, productividad o rentabilidad es admisible que al trabajador –sea cual fuere su profesión o categoría– se le convierta en una pieza deshumanizada, maquinal o irresponsable, sin iniciativa y sin intervención eficiente en las promociones, destinos, inquietudes y resultados del sistema económico, su profesión y su empresa.

La plusvalía de la producción debe corresponder al factor trabajo. Aquí se origina el gran problema a resolver. Estamos y vivimos en un sistema capitalista en donde cada cual aporta a la empresa su parte alícuota humana o material. El capital, ha empleado sus medios económicos en la adquisición de los medios necesarios para la producción. En tanto que el factor humano es el que transforma y revaloriza.

Entendemos que en principio se podría empezar por una cogestión. El aportador de su ahorro legítimo o inversor en empresas, en cuanto tal, solamente ha de tener derecho a la amortización y al cobro de un interés módico en razón de su aportación. Pero desde luego los capitales injustamente acumulados deben ser expropiados sin contemplaciones a sus detentadores.

El capital, en cuanto instrumento para el logro de la producción de bienes y servicios, debe pertenecer a los trabajadores mismos que lo utilizan.

Los medios de producción deben ser regidos y disfrutados por la comunidad laboral que los trabaja, integrada en su respectivo sindicato. Así pues, a la comunidad laboral, –formada por la unión de todos los que aportan su trabajo personal compartiendo un mismo destino– ha de corresponder la propiedad, el poder, el provecho y el gobierno de la empresa y no a quienes simplemente aportan capital (los inversores), ya que ese tiene un valor instrumental al servicio del trabajo, que es la función humana inminente, creativa y con valor espiritual.

No es admisible, que se arrogue el Estado la propiedad de empresas que no prestan servicios de carácter necesario o la producción de bienes básicos para el funcionamiento de la economía de la nación; deben pertenecer al pueblo y en consecuencia, habrán de ser propiedad popularizada sindical, comunal o nacional, o en todo caso con participación de los trabajadores mismos en su gestión. Ni el capital, ni la técnica, ni bien económico alguno debe ser instrumento de ventaja y privilegio de unos para dominar a los demás.

Por Pedro Cantero

Fuente: Patria Sindicalista

lunes, 8 de junio de 2015

Lecturas recomendadas



Esto es ante todo, y sobre todo una guía superficial. Faltan cientos y cientos de libros y autores de índole anticapitalista pero creemos que esta lista será suficiente para la formación anticapitalista de carácter fascista(1).

I. El protofascismo

George Sorel (1847-1922), teórico del sindicalismo revolucionario y plataforma ideológica del fascismo italiano. Su socialismo se separa del anarquismo y comunismo. Influyó en Lenin, pero sobre todo en Mussolini. Curiosamente, a su muerte, Italia y la URSS quisieron hacerle un monumento.

  -Bibliografía elemental: Reflexiones sobre la violencia (1908) y Sindicalismo revolucionario (2010, Ediciones Nueva República(2)).

Gottfried Feder (1883-1941), publicó el Manifiesto contra la usura, del que Hitler, que lo leyó y utilizó, dice: «Por primera vez en mi vida escuché una disertación fundamental sobre el capital bursátil y prestamista internacional».

  -Bibliografía elemental: Manifiesto contra la usura (1918).

II. Alemania / Nacional-Socialista

Joseph Goebbels (1897-1945), la leyenda negra niega la realidad. Hasta 1926 estuvo en la sección bolchevique del Partido, siendo uno de los más izquierdistas, pero ese año se puso a las órdenes de Hitler.

  -Bibliografía elemental: discursos «Por qué somos nacionalsocialistas» y «Fiesta Nacional del Trabajo» (1 de mayo de 1933).

Hermanos Strasser (1897-1974), militaron en el NS-DAP, dirigiendo la sección más izquierdista. Uno de los hermanos, Gregor, fue presidente del Partido durante el encarcelamiento de Hitler. En 1930, Otto, el otro hermano, dimitió de sus cargos y, acusando a Hitler de capitalista, fundó el Frente Negro. Se exilió en Canadá. Su hermano, Gregor, fue asesinado en la Noche de los Cuchillos Largos.

  -Bibliografía elemental: De Otto Strasser «Los socialistas abandonan el NS-DAP» y «Los 14 puntos de la revolución alemana» (1930). De su hermano Gregor, el artículo «El espíritu de la economía».

Ernst Jünger (1895-1998), filósofo alemán y militante, por unos años, en el NS-DAP. Ha sido considerado precursor de las corrientes nacional-revolucionarias, por su disidencia de la política del NS-DAP manteniendo el patriotismo socialista como motor de su obra y vida.

  -Bibliografía básica: El trabajador (1932), La movilización total (1930) y La emboscadura (1951).

Ernst Niekisch (1869-1967), Nacional-Bolchevique, pretendió la convergencia con la URSS desde su socialismo revolucionario y su nacionalismo de liberación. Quería la destrucción del imperialismo occidental. Trató con los Strasser. Combatió a Hitler y le dieron cadena perpetua. Para considerarlo fascista, hay que tomarlo de 1928 a 1945.

  -Bibliografía básica: «La Técnica, devoradora de hombres» y Lucha de clases (1932).


III. Italia / Fascista

Benito Mussolini (1883-1945), comenzó militando entre los socialistas y construyó el Estado Fascista. No obstante, la mejor época, la más revolucionaria, es la de la República Social Italiana. Sin nada que perder, inventa un Estado verdaderamente socialista.

  -Bibliografía elemental: Manifiesto de Verona (1943), Carta del Trabajo italiano (1927) y El Fascismo (1932).

Gabrielle D´Annunzio (1863-1938), puso los cimientos para la caracterización fascista posterior. Aplaudió el imperialismo italiano y la guerra de Hitler. Constituyó el Estado libre de Fiume.

  -Bibliografía elemental: Carta del Carnaro (1920).

Nicola Bombacci (1879-1945), fue fundador del Partido Comunista Italiano, pero se fue acercando al fascismo y, viejo amigo de Mussolini, colaboró en la experiencia de la RSI.

  -Bibliografía elemental: Mi pensamiento sobre el bolchevismo (2012, Ediciones Nueva República).

Ezra Pound (1885-1972), Cartas a Mussolini, a Oswald Mosley, alocuciones desde Radio Roma, cantos y manifiesto contra la usura,… Un poeta único e inabarcable. Fascista de pro, huyó de Roma para refugiarse en la RSI.


IV. España / Nacional-Sindicalista

Ramiro Ledesma Ramos (1905-1936), fue el precursor del Nacional-Sindicalismo español. Fundador de la revista «La Conquista del Estado» (a la que siguieron otras) y del grupo Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS). Pactó una unión con Falange Española de la que se escindió a los pocos meses.

  -Bibliografía elemental: artículos en «JONS» y Discurso a las juventudes de España (1935).

José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), fue un abogado y político español, hijo primogénito de Miguel Primo de Rivera y fundador y líder de la Falange Española. En sus inicios en la vida política estuvo ligado a elemntos derechistas de los que se distanció en 1934 con la escisión de Ramiro Ledesma de Falange Española y de las JONS.

  -Bibliografía elemental: sus discursos, en especial, el pronunciado en 1935 en el Teatro de Madrid.

Onésimo Redondo (1905-1936), fue político y abogado español. Fundador de las Juntas de Actuación Hispánica en Valladolid, grupo que más tarde pasaría a ser parte de las JONS de Ledesma Ramos. Su pensamiento, inicialmente un tanto reaccionario, fue evolucionando hacia un pensamiento nacional-sindicaista puramente revolucionario. Marcado carácter castellanista y antisemita.

  -Bibliografía elemental: Textos políticos (1975, recopilación de sus textos políticos más importantes)

Santiago Montero Díaz (1911-1985), fue en sus inicios comunista, pero se unió a Ledesma después de polemizar con él en su propia revista. Fue uno de los más íntegros nacional-sindicalistas. Célebre es su carta a Ledesma pidiéndole que revocara la unión con Falange, pues mientras tanto suspendía su militancia en las JONS. Se opuso al franquismo siempre, hasta que fue expulsado de la Universidad en 1965. Dirigió decenas de tesis doctorales en Filosofía Antigua.

  -Bibliografía básica: La Universidad y los orígenes del Nacional-Sindicalismo – Apéndice: Misión de la Universidad (Discurso de apertura del curso de la UM, 1939).

Narciso Perales (1914-1993), fue falangista. Médico, fundador del SEU, luchó siempre contra el Capitalismo. Dirigió Falange Española u organizaciones de ella en Sevilla, Granada, Logroño y Alicante. Nombrado Gobernador Civil de León en 1941, dimitió al año para reorganizar la Falange Auténtica desde posiciones antifranquistas. Intentó volar Gibraltar con explosivos y uno de su comando fue ahorcado. En el franquismo, fundó Alianza Sindicalista en 1945 (entre CNT y falangistas) y el Frente Sindicalista Revolucionario en 1966.

  -Bibliografía elemental: Narciso Perales, un falangista rebelde (2010, Ediciones Nueva República).

Jorge Garrido (1974- ), presidente de la Unión Nacional de Trabajadores, militante activo de Falange Española de las JONS, abogado y ex-militar.

  -Bibliografía elemental: Manifiesto Sindicalista (2007).

Jorge Mota (1947- ), fundador de CEDADE, enfocó toda su actividad política hacia la consecución de una vía socialista europea, tomando como inicio la historia del régimen nazi. Ahora lleva la Asociación Wagneriana, en Barcelona.

  -Bibliografía elemental: Hacia un socialismo europeo (1974).

V. Francia

François Duprat (1940-1978), fue un escritor francés, historiador, activista político e ideólogo nacional revolucionario. Fundador del Ordre Nouveau. Se dice que en el momento de su desaparición, él era el "número dos del Frente Nacional, o quizá más bien el número uno". Perseguido por su activismo político, François Duprat fue asesinado mediante la colocación de una bomba debajo del asiento de su coche.

  -Bibliografía elemental: Antología de textos Nacional-Revolucionarios (2010, Ediciones Nueva República).

Robert Brasillach (1909-1945), fue un escritor, periodista y crítico de cine francés. Redactor jefe del diario "Je suis partout", que llegó a ser famoso en los anales de la prensa fascista. Fue hecho prisionero pero pronto fue liberado a instancia del Ministro de Información. En 1943, presentó la dimisión del cargo de director del diario. Tras la "liberación" de Francia sería apresado. En la cárcel, poco antes de ser ejecutado, escribió dos de sus obras más conocidas. Cuando le llegó la hora, antes de que sus verdugos abriesen fuego, gritó ¡Viva Francia!. Brasillach fue uno de los pensadores que inspiraron el nacionalismo revolucionario.

  -Bibliografía elemental: Carta a un soldado de la quinta del sesenta (1944-45) y Poemas de Fresnes (1944-45).

Pierre Drieu la Rochelle (1893-1945), fue un polémico escritor francés. Romancista, ensayista y periodista, marcó sin duda la Cultura francesa de la primera mitad del siglo XX. Se unió al fascismo, en 1936 se adhiere al Partido Popular Francés de Jacques Doriot. Se suicidó tras la liberación de Francia por parte de los aliados. En su obra domina la idea de la decadencia.

  -Bibliografía elemental: Estado Civil y El verdadero socialismo francés

VI. Bélgica

Jean Thiriart (1922-1992), fue un antiimperialista. Luchó contra USA y contra la URSS. Fundó, para ello, el Frente Europeo de Liberación. Su instrumento fundamental fue Joven Europa, una organización transnacional con la que quiso oponerse a todo chauvinismo   localista. La única nación era Europa. Como socialismo, utilizó el comunitarismo. Abogaba por la unión con los nacionalistas árabes y revolucionarios del Tercer Mundo.

  -Bibliografía elemental: ¡Arriba Europa! (1964) y «Jean Thiriart, el Lenin de la revolución europea».

VII. Rusia

Lenin (1870-1924), primer presidente del Gobierno soviético ruso. Político con una gran capacidad de análisis y acción política. Baso su estudio teórico en el marxismo para la aplicación en la primera etapa del siglo XX; más tarde se llamaría a esta vertiente del marxismo, marxismo-leninismo.(3)

  -Bibliografía elemental: El Estado y la Revolución (1917) y ¿Qué hacer? (1902).

Aleksandr Dugin (1962- ), es un nacionalista ruso, fundador hace tiempo de «Eurasia». Se denomina nacional-bolchevique y los artículos al respecto son constantes.

  -Bibliografía: «Metafísica del Nacional-Bolchevismo», «Un Fascismo inmenso y rojo».

Guía realizada conjuntamente por los administradores de 'Soldados De Una Idea'
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(1): Término general para designar a los movimientos de carácter nacionalista, antimarxista, antiliberal y anticapitalista que empezaron a surgir en la primera etapa del siglo XX.

(2): Editorial española con una gran variedad de libros traducidos de forma inédita al castellano. Ediciones Nueva República [haga click aquí]

(3): Pese a su carácter marxista, creemos necesaria la lectura de este autor por su relevancia e influencia en la Revolución Rusa y la formación de la anticapitalista URSS.

viernes, 5 de junio de 2015

Culpados y Culpables



Aprovechando que el despegue político de Podemos ha puesto el grito en boca de buena parte de la población, me arriesgaré a dar mi opinión y tratar de mostrarle al lector otro enfoque del asunto.

Podemos ha logrado en cuestión de un año adueñarse de nada menos que 159 escaños; pero la pregunta que nadie se hace es ¿cómo es que ha llegado hasta ahí?


Desde el año pasado, el PP y, en menor parte, el PSOE, han venido sufriendo una fuga de credibilidad y apoyo alarmante, motivados principalmente por los incesantes casos de corrupción y su inigualable incapacidad para gobernar. No obstante, han logrado amortiguar el golpe con su influencia en los medios, quienes se limitan a hablar lo justo sobre los casos de corrupción (véase el ejemplo de Andalucía, donde el PSOE, pese a haber saqueado 152 millones -caso de los ERE-, han obtenido el 43% de los escaños) y no hacen más que endosarnos  mentiras y datos demagógicos. Pero eso no era suficiente, les era necesario crear un coco que sembrara el miedo, y lograr así que la desbandada volviera al árbol buscando refugio. Pero alimentaron demasiado al coco y vieron necesario que apareciera otro partido en escena, un partido que no supusiera una amenaza para el sistema y de corte centro-liberaloide, que retuviera votos que potencialmente podrían ir a Podemos; Ciudadanos. Y, así, le cerraron el grifo al coco y le pasaron el plato a Ciudadanos. Efectivamente han logrado amortiguar el golpe, están logrando desviar la ira hispana sobre Podemos y evitando que la gente ataque a su agitador, al verdadero culpable. Y, así, con la gente presa del pánico no será sorprendente volver a ver a otro miembro del PP elegido en las generales.


Podemos se desencadenó, y su éxito no ha hecho más que poner de relieve la profunda crisis política que atraviesa el país y la desesperación que asola al ciudadano deapié, mileurista en más de un 20% (sobre el total de la población), cuando no en paro. El éxito de Podemos es producto de la desesperación de los españoles, causada por la ferocidad del capitalismo -que ha concentrado el capital en pocos, destruido la clase media y sometido a la inmensa mayoría a la pobreza- y el ultraje del bipartito, de una casta política putrefacta y egoísta. Como decía Chesterton "mucho capitalismo no quiere decir muchos capitalistas, sino muy pocos capitalistas", y eso es exactamente lo que está pasando.


Por tanto, deberíamos pensar qué es lo que falla y ha fallado para que tanta gente busque amparo en una ideología tan perversa. Deberíamos solidarizarnos y realizar un acto de empatía para romper la burbuja en la vivimos algunos y lograr concienciarnos de la desesperante situación que atraviesan la inmensa mayor parte de los españoles.

Por Corleone

lunes, 1 de junio de 2015

El Espíritu de la Economía



Nosotros somos socialistas, enemigos mortales del sistema capitalista actual y sus modos económicos de explotación, con su injusticia del sistema de asalariados, con su inmoral valoración del ser humano según sus propiedades y riquezas en lugar de según su servicio y responsabilidad. Nosotros estamos decididos a destruir este sistema del modo que sea necesario.

Y respecto a esto, no es en absoluto suficiente el substituir  un sistema económico por otro – sino que lo que es absolutamente necesario por encima de todo es un absoluto cambio de mentalidad. La mentalidad que debe ser superada, es la mentalidad materalista. ¡Debemos alcanzar una mentalidad económica totalmente nueva! – un  pensamiento que se libere de los conceptos actuales, cuyas raíces se hallan en el dinero, la posesión, la rentabilidad y una falsa idea del éxito. Es característico del marxismo, el falso socialismo, que su orden de ideas sea exactamente el mismo que el del capitalismo, por ello los considero desde hace algunos años y ya para siempre a ambos unidos en espíritu, sólo diversos en su diseño. El Socialismo Nacional,  directamente originario de la vida orgánica,  destruye las mentirosas palabras de una teoría ajena al mundo así como también los conceptos sin vida de una moribunda civilización.

Nosotros debemos aprender, que en la economía de un pueblo la cosa no depende de la rentabilidad, ni del beneficio, sino  sólo y exclusivamente de la cobertura de las necesidades de cada uno de los miembros de ese pueblo. Ésta y no otra cosa es la tarea de la  economía de la Nación. Nosotros debemos aprender que los conceptos como “economía mundial” – “balanza de pagos” – “nivel de exportaciones”, son únicamente conceptos de una época que se apaga, que desde ya hace demasiado tiempo llevan hacia el absurdo, pues chocan directamente contra lo que hay de eterno en la vida orgánica, que ha nacido EXCLUSIVAMENTE  de especulaciones y no de la TIERRA.   También debemos aprender que es un engaño, cuando la producción especuladora crea necesidades artificiales, ficticias, mediante reclamos y estímulos – esto es una burla al trabajo de las personas y sus vidas.

La excitada avidez acrecienta las exigencias, las acrecentadas exigencias multiplican la esclavitud humana, la cual es una esclavitud mental que ha tomado posesión de la vida en el lugar del alma. ¿Qué saben todavía  los hombres actuales sobre lo que significa vivir? Ellos corren y se ajetrean, se torturan, se esfuerzan, se esclavizan como los remeros de las galeras – todo para llevar una vida cuya vacuidad, cuyo vacío, es indescriptiblemente cruel. Y la cuestión no es relativa al excedente (sobreproducción), tal y como afirma el marxismo, sino  al alma de las personas. Y la producción, la economía,  tiene aquí sólo una tarea: cubrir las necesidades económicas de cada persona del pueblo, y la negación de los bienes que sólo existen a causa de necesidades artificialmente creadas, con la negación también de la esclavitud de la  “Rentabilidad y Beneficio”.

¡Nosotros debemos aprender que el trabajo es más que la propiedad, que el servicio es más que el dividendo! Es la más funesta herencia del sistema económico capitalista, el que la medida del valor de todas las cosas sea el dinero, la propiedad, la posesión. El hundimiento, la disolución de los pueblos es la consecuencia directa del uso de esta falsa escala de valores, pues la elección según las propiedades es el enemigo mortal de la raza, de la sangre y de la vida auténtica. Nosotros nunca hemos dejado duda alguna en que nuestro socialismo nacional  rompe con  este privilegio de la posesión y que la liberación del trabajador alemán debe extenderse en  su  participación en la ganancia, su participación en la propiedad y su participación en el servicio. Pero significaría volver a usar la vieja vara de medir si lo dejásemos aquí y no se iniciara también la necesaria revolución de las mentes, que nos libere de la mentalidad del sistema materialista actual. Nosotros ponemos conscientemente  el valor del servicio por encima del valor de la propiedad, ¡el valor del servicio es el único valor que realmente reconocemos! Nosotros ponemos el servicio en el punto central y no los dividendos. ¡Del mismo modo consideramos que la responsabilidad es  la coronación de las aspiraciones humanas, nunca las riquezas o el lujo! Esta es la nueva cosmovisión, la nueva religión de la economía y con ella se establecerá el final del cruel gobierno del becerro de oro y las diferencias de los seres humanos y de los derechos – serán sólo las diferencias del servicio, diferencias en el grado de responsabilidad; diferencias, en fin,  que provienen de Dios y son sagradas.

Por Gregor Strasser