martes, 22 de marzo de 2016

Una cruz, unos valores



Tras el atentado en Bruselas vuelven a saltar las alarmas en Europa. Unas alarmas que, como de costumbre, llevarán a absurdas y tibias medidas que no pondrán fin al periodo de terror sembrado por el Estado Islámico. La absoluta complicidad de los poderes públicos hace posible que estos acontecimientos sucedan e imposibilita el ponerles fin.

Mientras los europeos mueren, los “refugiados” siguen entrando en masa y las políticas de defensa y seguridad delineadas desde Bruselas son causa de mofa en Al Raqa. Además, cada delito llevado a cabo por musulmanes es silenciado desde el poder, o al menos eso se intenta (véanse las violaciones o las palizas en Alemania). 

Esta situación pone de manifiesto la ineficacia de la Unión y la trágica y absoluta pérdida de valores sobre los que se construyó la civilización occidental, que no Europa. Porque como muy bien explica Elías de Tejada, Europa nació de la ruptura religiosa de Lutero, la ruptura ética de Maquiavelo, la ruptura política de Bodino, la ruptura jurídica de Hobbes y la ruptura social de la Paz de Westfalia, desembocando estos hechos en los procesos revolucionarios. 
Sin embargo, la civilización occidental sí se cimenta sobre el cristianismo, la filosofía griega y el derecho romano, y la Historia nos recuerda que, cuando una civilización reniega de sus orígenes, está condenada a la desaparición.

Los guardianes de la corrección política llevan años imponiéndonos el dogma multicultural, tratando de hacernos ver que no hay sociedad más perfecta que en la que conviven personas de diverso origen, creencia y cosmovisión tan solo para conseguir sus objetivos: reducir los salarios, destruir nuestra identidad y llevar a cabo un exhaustivo control de las personas privándonos de toda libertad. En la gran mayoría es indudable que este dogma ha calado pero algunos, unos pocos, nos mantenemos reacios a aceptarlo, y aún portamos con nosotros una cruz, unos valores eternos, símbolo de que no habrá rendición. 


Por Hermann Boho

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