miércoles, 4 de marzo de 2015

El Mejor Homenaje



En Enero de 2015, el ayuntamiento de Valladolid dio luz verde al derribo del monumento a Onésimo Redondo ( http://www.elnortedecastilla.es/valladolid/201501/22/ayuntamiento-valladolid-licencia-para-20150122173345.html ).


Todo lo que la derecha ensalza se vuelve repugnante. Por culpa de esta  vendepatrias y rancia derecha, la izquierda española es la más anti-nacional de las izquierdas del panorama político europeo actual. Esto sumado al rencor acumulado por la derrota en la Guerra Civil Española y el revanchismo siempre presente en su ADN, la izquierda española, por medio de la Ley de Memoria Histórica o mejor dicho, Ley de Memoria Histérica está intentando borrar la historia de España alegando enaltecimiento del fascismo o falta de respeto a la -supuesta- gente decente.


Pero no es la primera vez, ni será última, en la que un monumento o una calle dedicada a un personaje histórico -para ellos fascista- sea derribado por la izquierda o cambie de nombre.


El único error que, Onésimo Redondo, cometió, fue enarbolar, al mismo tiempo, la bandera de lo social y la bandera de lo nacional y luchar por la Patria y la Justicia Social. Fue un hombre de una fe inquebrantable, un auténtico patriota y un visionario. En definitiva, un verdadero revolucionario.


Fundador de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, Onésimo Redondo creía en el resurgir de la Patria a manos de una juventud española profundamente nacional y radicalmente social. "La revolución hispánica, que no ha comenzado, que es urgente, que es necesaria para la salvación de todos, tiene que correr a cargo de una promoción juvenil inflamada de anhelo de engrandecer a España, dispuesta a morir por restituir la Nación a su honor ancestral. Nuestra revolución,que incorporará de verdad al mando del Estado los anhelos de grandeza y los viejos hábitos de justicia cristiana impresos en la fibra de la raza, será impulsada por la doble palanca de TRADICIÓN y RENOVACIÓN. Tradición, para seguir el surco imperial de nuestra historia. Renovación, para emancipar socialmente a todos los trabajadores, abrazando un radicalismo que imponga rápidamente la justicia en el uso de la riqueza. Y renovación también para estructurar el armazón político de España sin servil sujeción a los mandatos internacionales marxistas y para derogar el inhábil sistema parlamentario francés, que va a consumar las fatídicas etapas del desgobierno."


No continuar su lucha y escandalizarse por el derribo de su monumento sería, primero, un insulto a su memoria y segundo, una actitud reaccionaria. Es vergonzoso que se vaya a derribar el monumento a Onésimo debido a una nueva pataleta de niño pequeño de la izquierda, pero, al fin y al cabo, es un monumento, nada más.


¿El mejor homenaje? Continuar su lucha, porque la memoria sólo sirve para continuar la ruta de la revolución.


Onésimo Redondo, Caudillo de Castilla, ¡PRESENTE!

Por Mario Montero

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